A mi Lalo.
Cómo podría describir algo tan maravilloso, quizá fue solamente un sueño, dos almas unidas, encaminadas una a otra por el destino, y separadas por un deseo divino. Quiero preguntarte, ¿Cómo es el cielo? ¿Cómo te ha ido en tu recorrido? ¿Es verdad que todo aquello existe? o todo es solo un invento mío, producto de un corazón herido. ¿Por cuánto tiempo más es que estarás ausente? Me gustaría contarte que aquí no ha pasado mucho, solo que y en ocasiones, mis días se tornan grises y la luz se fuciona con la oscuridad, pero nada que no pueda soportar, quiero saber si la tristeza que debilitaba a tu alma se ha marchado por completo, si tus demonios internos han dejado de asecharte cuál lobo abriento, dime que eres feliz, porque de no ser así este corazón de inmediato se rompería, las espinas que lastiman a mi alma volverian, mi mar que ahora se mantiene tranquilo se desbordaría y mis noches pasarían a ya no ser mías.