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Volta: La Tranquila Llama de la Emoción.
Nuestros viajes pasaron de ser solo el resultado de nuestra aventura, a convertirse también en una parte fundamental de nuestra nueva vida en los mares.
Cada visita hacia una nueva isla era como un nuevo mundo descubierto por nosotros.
Las personas que conozcamos, los nuevos sonidos que escuchábamos, las nuevas costumbres que veíamos y más, mucho más, quedaba impregnado en nuestros seres.
Cada nueva isla era como una nueva oportunidad para que nuestros pudieras describir más y más maravillas gracias a las personas.
Es por ello que, con el tiempo, comenzamos a mejorar como navegantes de este hermoso e infinto océano que nos rodeaba.
Gracias a consejos de aldeanos y a entrenamientos exhaustivos, fue que ahora nuestras habilidades estaban a un nivel completamente diferente.
Ya no éramos aquellos tres jóvenes habidos de aventuras que se habían hecho a la mar solo para cumplir sus deseos.
Ahora éramos 3 hombres bien formados, con los pies bien puestos en la tierra, y con las nociones básicas de la navegación y la experiencia de navegar en estos mares a nuestro favor.
Por qué también comenzamos a entrenar nuestros cuerpos.
Hacíamos ejercicios de diferentes formas todos los días, además de las duras actividades del barco y su mantenimiento.
¿Que esperaban?
¡Era obvio que después de algún tiempo, nosotros comenzaramos a lucir más esbeltos y con músculos mucho más marcados!
Pero aparte de todo esto, hubo también cambios en la personalidad de mis compañeros.
Robert preguntaba a los lugareños por sus platos típicos y ellos, entre encantados y sorprendidos, le enseñaban con detalles y señas como llevar a cabo sus recetas milenarias.
Con el tiempo comenzó a comprar y adquirir nuevas herramientas con la cual poblo y lleno en casi nada de tiempo nuestra cocina.
Los cuchillos eran usados para cortar el pollo o para quitarles las transparentes y duras escamas a los...