Salmo. segmento XXIII. La Escolopendra.
Salmo
¡A tí, oh , gran señora antigua, dadora de los más hondos placeres y las más profundas alegrías, propiciadora de los besos insanos e infectos, donante del amor peligroso!
¡A tí, mujer de dulce voz y mirada brillante, de cálido vientre y de senos turgentes cargados de la leche del vicio, elevo este canto de alabanza!
¡Canta mi alma extática a tus manos y labios, infundidos con la sabiduría de las meretrices babilónicas, de las antiguas hetairas griegas de Corinto,...
¡A tí, oh , gran señora antigua, dadora de los más hondos placeres y las más profundas alegrías, propiciadora de los besos insanos e infectos, donante del amor peligroso!
¡A tí, mujer de dulce voz y mirada brillante, de cálido vientre y de senos turgentes cargados de la leche del vicio, elevo este canto de alabanza!
¡Canta mi alma extática a tus manos y labios, infundidos con la sabiduría de las meretrices babilónicas, de las antiguas hetairas griegas de Corinto,...