Esa fuerza que agobia en la garganta reconocida como nudo está presente, solo que esta vez con más fuerza o más nudos. Nuevamente el grito de ayuda y las súplicas de socorro al final son lo mismo, un vivo aliento de llanto y sufrimiento con constancia aparecen, mientras que las ganas interminables de tomar unas vacaciones en mi interior para ser turista y conocer o reconocer vivencias, mirar cada anécdota, mientras exploro los lagos de llanto y las ruinas del deseo, quiero poder conectar con esa supuesta maravilla personal.

Es tan grotesco, tan infalible e injusto en sentir pena por un alma que tú mismo eres dueño tu mismo tallaste y forjaste con los fuegos de ardor, ardor del pequeño y frágil corazón.

Vete de una vez indecisión del ayer, mañana y ahora, estás perturbado un cuerpo que anda vagando por un mundo cruel y despiadado.

Lo sé, sé que mis inefables sentimientos no son explicados con amplitud, ni mucho menos se entienden con exactitud, pero es tan preocupante, como un ser vagante lleva consigo una maleta tan grande, a un lugar sin ubicación, dónde no hay un rumbo fijo, pero consigo hay una gran preocupación.

Si tan solo el alma soltará olas de información interior, todo sería más simplificado y fácil, pasaría de un saxofón al nivel 2 suspirando para avanzar a los últimos años del creador.

Bienvenida querida amiga, llamada frustración
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