Lágrimas de Disensión
Bajo el abismo lúgubre, las sirenas gritan con furor,
su canto desgarrador, eco en la noche sin amor.
Piratas, cobardes y tímidos, temen al mar en su frescor,
mientras monstruos marinos en su furia danzan con fervor.
Hadas, en vez de benevolentes, tejieron engaños crueles,
sus maldiciones susurradas, como oscuros brebajes en lúgubres rueles.
Unicornios galopan, no nobles, sino con siniestra malicia,
sus cuernos, afilados, destilan veneno, maldita delicia.
El sol, en vez de luz, emite un abrasador calor,
quemando la tierra, dejando un manto de dolor.
Estrellas, parpadean, augurando un destino incierto,
un brillo siniestro, en el oscuro universo abierto.
Árboles se retuercen, con ramas que parecen garras,
devorando la esperanza, como sombras en las charcas.
Ríos, en lugar de fluir, arrastran la corrupción,
sus aguas envenenadas, sepultan la naturaleza en confusión.
Sueños, laberintos de terror, donde el horror camina,
y la realidad se desvanece, como sombras en la neblina.
Estatuas, testigos mudos de tragedias olvidadas,
sus piedras susurran secretos en las noches enajenadas.
Espejos, reflejos distorsionados de la mente y la vista,
mostrando imágenes grotescas, en su superficie impía.
En este mundo al revés, donde la luz se apaga en la penumbra,
buscamos un rayo de esperanza, en la eterna y oscura tumba.
© Leley "Blue"
su canto desgarrador, eco en la noche sin amor.
Piratas, cobardes y tímidos, temen al mar en su frescor,
mientras monstruos marinos en su furia danzan con fervor.
Hadas, en vez de benevolentes, tejieron engaños crueles,
sus maldiciones susurradas, como oscuros brebajes en lúgubres rueles.
Unicornios galopan, no nobles, sino con siniestra malicia,
sus cuernos, afilados, destilan veneno, maldita delicia.
El sol, en vez de luz, emite un abrasador calor,
quemando la tierra, dejando un manto de dolor.
Estrellas, parpadean, augurando un destino incierto,
un brillo siniestro, en el oscuro universo abierto.
Árboles se retuercen, con ramas que parecen garras,
devorando la esperanza, como sombras en las charcas.
Ríos, en lugar de fluir, arrastran la corrupción,
sus aguas envenenadas, sepultan la naturaleza en confusión.
Sueños, laberintos de terror, donde el horror camina,
y la realidad se desvanece, como sombras en la neblina.
Estatuas, testigos mudos de tragedias olvidadas,
sus piedras susurran secretos en las noches enajenadas.
Espejos, reflejos distorsionados de la mente y la vista,
mostrando imágenes grotescas, en su superficie impía.
En este mundo al revés, donde la luz se apaga en la penumbra,
buscamos un rayo de esperanza, en la eterna y oscura tumba.
© Leley "Blue"