Enmudecida mi voz ante aquella visión,
Dos pupilas negras me miran estáticas.
Que extraño dilema, triste sensación,
Notando de nuevo, el calor en mis venas.
Son tus dos ojos, estrellas con dueño,
Tu media sonrisa, un conjuro fugaz,
Que aleja fantasmas que el dolor ha creado,
Me pierdo en un sueño por la eternidad.
Mírame mucho, mi musa creciente,
Te doy 21 gramos de este mi interior.
Mis palabras vanas, las mata el silencio,
Guardaré el secreto, aprendí del error.
Tengo dos pociones, veneno y amor
¿Cuál debo beberme?
¿Cuál debo romper?
Pues ambas me matan si trago sin...