No sé en qué momento pasó, pero te dejé ir.
Como el río siguiendo su curso, sin fin ni porvenir.
Fui soltando cada sueño, cada promesa sin cumplir.
Y en el vacío de tu ausencia aprendí a no sufrir.

El eco de tus risas se ha vuelto un susurro tenue.
Y en la distancia hallé la paz, un amor que se resume.
Dejé que el tiempo se encargara de curar lo que duele.
Como el sol que se oculta y al alba siempre vuelve.

Ahora miro atrás, y ya no hay rastro del ayer.
Solo una lección en cada paso que aprendí a entender.
Te solté con la certeza de que la vida sigue y es fiel.
Y en mi corazón quedó el eco, de lo que un día fue miel.

-Zama
© ZamaSinMas