Aguas del Leteo
Te acurrucas sobre mi cara, y como un alucinado, inhalo las fragancias de un crisantemo ofrecido en el altar del vicio, de un higo de agosto, abierto y dulce, al que sube mi lengua como una sierpe con movimientos sinuosos, frenéticos y se sumerge en tu humedad de sonrosada caracola, en tu florescencia carnal presa de espasmos. Bebo del ánfora de tus exudaciones mezcladas con mi saliva; brebaje para un maleficio de amor capaz de sumergir al mundo en el olvido.
© Mauricio Arias correa
© Mauricio Arias correa