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¿Y si la luna se cae?
Huye, huye, huye,
mira al frente
y cambia el semblante.

¿Y si el planeta revienta?
Solo ignora lo que sientas,
ve a por ello que te tienta,
y ten paciencia, ten paciencia.

¿Y si la vida me enferma?
Levanta, levanta y enfrenta,
porque estrellas se encuentran
en el oscuro fondo de tus grietas.

¿Y si la muerte me aterra?
Agarra la pala, escava, escava y entierra
todas aquellas facetas
que impacientan tu humanidad inquieta.

Porque del cielo se baja a la tierra,
y si vives de temores,
la vida irá lenta, muy lenta,
y te consumirá sin dejar de estar sedienta.

Así que calme, calme y entienda,
que los asteroides no se frenan
por más que usted prefiera
dejar el telescopio e ignorar su trascendencia.

Chocarán y chocarán,
tal vez con tu propio planeta
pero allí estará tu alma atenta
que no se esconde, que no se aquieta.

Allí estarán tus montañas, llenas de grietas,
pero créeme que si te acercas
y en vez de mirar abajo y llorar de la tristeza
tomas de tu entierro la tierra y las rellenas,
la vida será grata, querido amigo,
y de aquel hueco, saldrán estrellas.

© Ludmila Juno