El amor ha muerto
El amor, ese antiguo fuego que ardía en los corazones, ahora yace en cenizas. Las llamas que antes danzaban con pasión se han extinguido, dejando atrás un frío vacío. Las palabras dulces, los gestos tiernos, todo ha perdido su valor.
¿Recuerdas cuando las miradas se encontraban y el mundo se detenía? Ahora, los ojos se desvían, y las almas se alejan. El amor ha muerto, y en su lugar, la indiferencia se alza como un muro infranqueable.
Los sentimientos, una vez tan profundos, ahora son superficiales. Se han vuelto moneda de cambio en un mercado de conveniencia. ¿Quién tiene tiempo para el amor verdadero cuando hay tantas distracciones, tantas opciones?
Las promesas se rompen como cristal frágil, y los corazones se endurecen. El amor ha muerto, y en su funeral, solo quedan susurros de lo que pudo haber sido. Las lágrimas se secan, y la soledad se convierte en compañera constante.
Quizás algún día, el amor resucite de sus cenizas. Pero por ahora, vivimos en un mundo donde los sentimientos ya no valen. Donde el amor ha perdido su brillo y se ha convertido en una sombra de lo que fue.
Así que aquí estamos, en la era del desapego, donde los corazones son frágiles y las almas están cansadas. El amor ha muerto, y solo queda la nostalgia de lo que alguna vez fue.
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¿Recuerdas cuando las miradas se encontraban y el mundo se detenía? Ahora, los ojos se desvían, y las almas se alejan. El amor ha muerto, y en su lugar, la indiferencia se alza como un muro infranqueable.
Los sentimientos, una vez tan profundos, ahora son superficiales. Se han vuelto moneda de cambio en un mercado de conveniencia. ¿Quién tiene tiempo para el amor verdadero cuando hay tantas distracciones, tantas opciones?
Las promesas se rompen como cristal frágil, y los corazones se endurecen. El amor ha muerto, y en su funeral, solo quedan susurros de lo que pudo haber sido. Las lágrimas se secan, y la soledad se convierte en compañera constante.
Quizás algún día, el amor resucite de sus cenizas. Pero por ahora, vivimos en un mundo donde los sentimientos ya no valen. Donde el amor ha perdido su brillo y se ha convertido en una sombra de lo que fue.
Así que aquí estamos, en la era del desapego, donde los corazones son frágiles y las almas están cansadas. El amor ha muerto, y solo queda la nostalgia de lo que alguna vez fue.
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