bajo la vista, lo mismo de siempre
paredes blancas y celestes, cortinas del
mismo tono, azulejos en las paredes..
los especialistas de acá para allá,
las familias con desesperación o tristeza.

pero unas personas me llama la atención
es una pareja especial, me identifico en sus caras.
tras la puerta, las emociones se maximizan.
en palabras de la mujer, su bendición se acerca.
pero en el padre noto preocupación,
según los doctores todo iba a mejor
y ahora todo se siente fatal.

El fruto de su amor no se hizo esperar,
y tampoco la sensación de que algo se acaba
cuatro kilos de amor reposa sobre ambos
y no importa el dolor, solo importa el.
se disfrutan de su compañia en un momento,
que deberían haber disfrutado más.
porque la enfermedad no espera
la enfermedad arrasa a una familia ahora desolada.

un legado deformado los envuelve
los mismos platos en la mesa,
con un alma nueva y otra faltante.
su hijo con un anhelo constante
por lo que nunca tuvo. y siempre tendrá
que solo escribe, y termina de escribir.

© gustavo albornoz