Querida Noche
Este insomnio te lo dedico a vos, querida Noche, amante de la oscuridad y de sombrear todo a tu alcance porque sabes que ni el ostentoso día te lo puede impedir. Sabes que todo te pertenece en ese momento, y eso me encanta: la crucialidad de tus decisiones, la melancolía que inspiras y la bella sinceridad de tu sentir. Tu serenidad al compartir con el mundo tu azaroso pronóstico mientras contemplas la calma. Pero nunca apagas por completo la luz porque reconoces su importancia, y así, la luna y las estrellas son tus ojos destellantes que a veces veo reflejados en el agua.
Con la sonata nocturna que performas magistralmente cautivaste mis sentidos y hechizaste mi ser para nunca volver a ser el mismo. Cada día me mostrabas una diferente parte de vos y en la variedad de tu esplendorosa lobreguez me perdí para siempre.
Primero me introduciste a tus lamentos con solemnidad mientras me susurrabas con suma delicadeza las brisas de un recuerdo, acompañadas del sostenido grillar y de las sombras, que como nubes,...
Con la sonata nocturna que performas magistralmente cautivaste mis sentidos y hechizaste mi ser para nunca volver a ser el mismo. Cada día me mostrabas una diferente parte de vos y en la variedad de tu esplendorosa lobreguez me perdí para siempre.
Primero me introduciste a tus lamentos con solemnidad mientras me susurrabas con suma delicadeza las brisas de un recuerdo, acompañadas del sostenido grillar y de las sombras, que como nubes,...