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Lo Oculto
En la oscuridad de la noche, en la quietud de la casa,
se esconden secretos que aguardan con astucia.
Bajo la luz de la luna, las sombras danzan en la pared,
mientras en los rincones, el terror aguarda su ser.
En cada crujido del suelo, en cada susurro del viento,
se ocultan horrores que aguardan con aliento.
Los objetos inertes cobran vida en la oscuridad,
y los rostros ocultos emergen en la realidad.
Los pasos que siguen en la penumbra, los susurros que acechan,
son señales de un horror que pronto despierta.
Detrás de cada puerta cerrada, detrás de cada sombra,
se ocultan monstruos que esperan su hora.
No es solo lo que vemos, sino lo que ignoramos,
lo que acecha en la oscuridad y en los rincones sagrados.
Si abrimos bien los ojos, si prestamos atención,
podemos descubrir el terror en nuestra propia habitación.
Así que mantén la linterna encendida y los ojos bien abiertos,
porque en el silencio de la noche, los horrores despiertos.
Las cosas que no notamos pueden ser las más peligrosas,
y en la oscuridad de la mente, acechan las más monstruosas.
© Leley "Blue"
se esconden secretos que aguardan con astucia.
Bajo la luz de la luna, las sombras danzan en la pared,
mientras en los rincones, el terror aguarda su ser.
En cada crujido del suelo, en cada susurro del viento,
se ocultan horrores que aguardan con aliento.
Los objetos inertes cobran vida en la oscuridad,
y los rostros ocultos emergen en la realidad.
Los pasos que siguen en la penumbra, los susurros que acechan,
son señales de un horror que pronto despierta.
Detrás de cada puerta cerrada, detrás de cada sombra,
se ocultan monstruos que esperan su hora.
No es solo lo que vemos, sino lo que ignoramos,
lo que acecha en la oscuridad y en los rincones sagrados.
Si abrimos bien los ojos, si prestamos atención,
podemos descubrir el terror en nuestra propia habitación.
Así que mantén la linterna encendida y los ojos bien abiertos,
porque en el silencio de la noche, los horrores despiertos.
Las cosas que no notamos pueden ser las más peligrosas,
y en la oscuridad de la mente, acechan las más monstruosas.
© Leley "Blue"
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