Mi caja toráxica abre su corazón y detona,
la calidez de su mesura,
al mismo tiempo que penetra,
de mortífera amargura que espanta, que canta.

Un camino sin distancia se abalanza,
perderemos la necesidad de comprenderlo todo, y mantener eterna, la posibilidad del espacio.

Volveremos a los abriles sin lirios,
despeinados de la incandescencia del viento,
de la precipitación del sonido de la lluvia,
y de tu enorme transformación de lo imposible.

Mi caja toráxica, abre tu puerta,
es otro episodio
de lo admirable de tu existencia
y en un mundo arrebatado sin sentido,
tu sosiego prevalece, tus ojos dulce de leche y
la incomparable sensación de tu vida,
en mi vida.
La caja finalmente se cierra.
© TranviadeSaturno