En un jardín en el fin de este mundo donde me he encarcelado, he buscado un libro que tengo al lado, una historia que cuenta las alegrías y venidas de esa sonrisa que brilla en el firmamento, de un gran momento donde se besaba y hablaba de amor y valor.

Una historia de dos enamorados, en este mundo de crueldad, donde a surgido un amor de verdad, donde nuestros protagonistas, se encontraron y valoraron cada momento de vivían y escribían, cada lugar en el que se encontraban y disfrutaban, de sus lamentos, tormentos, de sus increíbles sentimientos, que aumentaban y creaban, lo que hoy en día se nombra como amor verdadero.

Se conocieron en la eternidad, en la fragilidad, de una verdad, de una sonrisa en el mar, de un abrazo en un prado de rosas, dos jóvenes, no recuerdo sus nombres, pero sí su historia sin final.

El, un joven apasionado y olvidado, con su poesía con lágrimas encarceladas, con su sonrisa en la oscuridad, con su sentimientos cargados de verdad, con su rostro pálido por la frialdad, que cargaba en su alma atormentada y destrozada, con sus cabellos de oro puro y unos ojos del color del cielo celestial, donde veía su libertad.

Ella, una joven, soñadora, con alas para volar, con una sonrisa que te hacía soñar, con su mirada que te demostraba seguridad, con su cabello de múltiple color, que demostraba libertad, seguridad y un rostro que iluminaba la oscuridad y la maldad que existía en el interior de su amado liberado.

Todo comenzó, en un prado donde te...