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Objetos que nunca caerán del cielo como una lluvia de adioses

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...los objetos de la soledad y el silencio llegan a él como un viento céfiro que se abre paso entre los árboles y la piel de la vida natural. Es más, él se los encuentra en cada esquina que bordea el viento, en cada ola de un mar nostálgicamente enamorado de la luna y en cada mirada de estrella albeada. Se los encuentra, por aquí o por allá, flotando como si nada sobre una de las lágrimas del amanecer y en todos los místicos reflejos que han alimentado un espejo de agua. Se los encuentra, cada día, cada mañana y cada noche, entre la erracidad de lo fugaz y la inexistente culpabilidad del tiempo.

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Los objetos de la soledad y el silencio buscan almas otoñadas, el juego matutino de la brisa entre el césped, esos instantes alucinados en los que no hay luna pero la noche sueña con ella, algunos cuantos aromas de belleza furtiva y alguna que otra sábana hecha con el dulce y apetalado cuerpo de una flor.

En suma, los objetos de la soledad y el silencio buscan los rítmicos hechizos de las olas de la vida, los buscan con el único fin de hacerse eternos mientras sumen a la existencia en una espesa bruma. Los buscan para configurar su propia alma sobre el estrecho parquet sobre el que reposa el más desesperado de los infinitos.

Sí, su alma, es decir, el alma de los objetos de los que hemos estado hablando, es el alma que surge tras la más tierna calcinación de un sueño.

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Son muchos y muy variados los objetos de la soledad y el silencio. El Piano de la incertidumbre, desde luego, es uno de ellos.

El Piano de la incertidumbre, por cierto, es un enorme piano de cola y teclas de marfil con mirada de nostalgia. Un piano con el cual se pueden tocar esas lívidas y sórdidas melodías tan propias de esos espacios vacíos que se encuentran entre una estrella y otra.

Por eso, bajo un cielo de ámbar y una luna nacaradamente hermosa, la música de aquel viejo piano bien puede arreglárselas para incrustar una profunda y abismada tristeza en forma de un océano lirico y lacrimal dentro de algún alma desprevenida.