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DEJAME SER EL VERSO QUE APRENDE LENTO
Entiendo que mis letras, sin sentido aparente,
persisten, sin perder la fe, constante y paciente.
Déjame ser el verso que aprende lento,
como un río que fluye, sin cesar, sin tormento.
Soy el papel en blanco, trazando caminos,
las palabras se entrelazan, como hilos divinos.
No importa si el sentido se esconde o se pierde,
la poesía nos guía, como un faro
que nos ilumina la conciencia.
Soy un tejedor de versos, tejo un lazo,
entre lo tangible y lo etéreo,
en un abrazo,leyendo las palabras, encontramos el sentido,
en cada verso, un mundo, en cada rima, un latido.
Es mi poema un refugio sincero,
donde las letras danzan, libres, sin freno.
No quiero perder la fe en su magia,
porque cada verso es un pedazo de alquimia
del sentir más profundo del alma.
persisten, sin perder la fe, constante y paciente.
Déjame ser el verso que aprende lento,
como un río que fluye, sin cesar, sin tormento.
Soy el papel en blanco, trazando caminos,
las palabras se entrelazan, como hilos divinos.
No importa si el sentido se esconde o se pierde,
la poesía nos guía, como un faro
que nos ilumina la conciencia.
Soy un tejedor de versos, tejo un lazo,
entre lo tangible y lo etéreo,
en un abrazo,leyendo las palabras, encontramos el sentido,
en cada verso, un mundo, en cada rima, un latido.
Es mi poema un refugio sincero,
donde las letras danzan, libres, sin freno.
No quiero perder la fe en su magia,
porque cada verso es un pedazo de alquimia
del sentir más profundo del alma.
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