Adagio
No sé dónde encontrarte.
Busqué entre la muchedumbre
un rostro inusual, una sombra
con rasgos fluidos, indefinidos,
que me llevara contigo.
Un amor hermético, inconcluso,
sin forma de la idea, en lo absoluto.
Un hombre sin nombre, atemporal,
desconfiado, voraz, sensual,
un tanto iluso.
Porque sigo siendo aquella que te espera
en las madrugadas de tus tardes calladas
con la esperanza de encontrarte
entre mis versos al llegar el alba.
¿Quién detendrá esta tristeza,
muerta de sed y hambrienta,
que intentará apoderarse del sentir
si tras abrir los párpados no palpita
la presencia de tu esencia junto a mí?...