El alma, no entiendo porque no crean un medicamento para calmar su dolor.
Ella tan imprudente como siempre, duele en los peores momentos. Arde cuando quieres relajarte y quema cuando quieres frío.
Nadie habla de eso el dolor del alma ¿Nadie cree en que es muy tediosa?
Sus síntomas varían según la persona y la narradora o descriptora; yo diría que es algo muy abrumador, lo sientes tan adentro que no hay manera de hacerles unos masajes a ese dolor.
Te presiona el pecho causando dificultad para respirar, ahí comienzas a hiperventilar, sube y baja, baja y sube tu pecho, a velocidades increíbles.
Agua naciente de tu almendrados ojos, y temblor, no por el frío o el calor, creo que es más por el dolor y sensación tan escalofriante que te recorre todo el cuerpo.
Te debilitas ¿será que unas bolsas de suero areglan eso? no lo creo, es una debilidad que tal vez un abrazo arregle, de esos que te hacen sentir amada, que te sostienen para que no caigas y te llenan, te llenan totalmente.
Dejas de escuchar el exterior, para oír tu corazón latir a mil por hora, más esas palabras de la voz que te persigue, ¿morirás o vivirás? te pregunta la descarada.
Yo solo puedo afirmar que el alma duele y aunque no exista una píldora para calmar el dolor, el helado ayuda, refresca tanto el corazón que calma un poco la tristeza que carga tu alma, esa alma que algún día pertenecerá a un escritor de verdad.
© Avic
#alma