sonrisa oculta
Sonrisa oculta. 1104
Me preguntan que por qué nunca sonrío o si es que estoy molesto y la verdad es más molesto que me pregunten solo por mi aspecto.
Podría tener los dientes amarillos o chuecos, quizás hasta pueda estar chimuelo, pero esa no sería la razón de tal objeto.
Podría haber sufrido de las burlas de los demás chicos en el colegio tal vez por mi andar desgarbado y lo rebelde de mis cabellos.
¿ Y si no fueran esos los motivos para este rostro serio? Que más da si creen que luzco incompleto sin media luna en la cara como reflejo.
Yo soy feliz sin mostrar mi alegría porque me ha costado tenerla para mí un día a la vez sin la necesidad de robar ni un solo beso.
Me preguntan por qué nunca sonrío y la verdad sí estoy molesto, pues los años no sirven de mucho si no te dan un buen consejo.
La felicidad es un trozo de pan, la fruta que más me gusta, estar tirado en la hierba con la cara al sol en mi eterna infancia.
La sonrisa se alejó de mi semblante allá en los años de escuela ahí está bien guardada pues en mi rostro grande ya queda.
Soy feliz aunque no muestre la dentadura, solo pasa que mi cara se forjó en una vida muy dura.
© Marco Antonio Ojeda Pérez
Me preguntan que por qué nunca sonrío o si es que estoy molesto y la verdad es más molesto que me pregunten solo por mi aspecto.
Podría tener los dientes amarillos o chuecos, quizás hasta pueda estar chimuelo, pero esa no sería la razón de tal objeto.
Podría haber sufrido de las burlas de los demás chicos en el colegio tal vez por mi andar desgarbado y lo rebelde de mis cabellos.
¿ Y si no fueran esos los motivos para este rostro serio? Que más da si creen que luzco incompleto sin media luna en la cara como reflejo.
Yo soy feliz sin mostrar mi alegría porque me ha costado tenerla para mí un día a la vez sin la necesidad de robar ni un solo beso.
Me preguntan por qué nunca sonrío y la verdad sí estoy molesto, pues los años no sirven de mucho si no te dan un buen consejo.
La felicidad es un trozo de pan, la fruta que más me gusta, estar tirado en la hierba con la cara al sol en mi eterna infancia.
La sonrisa se alejó de mi semblante allá en los años de escuela ahí está bien guardada pues en mi rostro grande ya queda.
Soy feliz aunque no muestre la dentadura, solo pasa que mi cara se forjó en una vida muy dura.
© Marco Antonio Ojeda Pérez