El recuerdo de la primera vez que te vi
es un tesoro que guardo en mi baúl secreto,
un escondite al que solo yo tengo acceso,
fue aquel día en el que eras llamativo ante mi ventana.

Tienes una melena hermosa,
¿sería mucho pedir poder tocarla?
tiene pinta de algodón de azúcar danzando
dulce y armonioso,
si me lo preguntan tu eres mi canción favorita,
una melodía tranquila pero alegre,
común pero única.

Mis pensamientos y anhelos pierden sentido
al compararlos con mi cobardía,
con mi falta de valentía,
¿perder la luz o perderte a ti?
la respuesta es obvia,
¡claro que no quiero perderte!
pero nunca te tuve…
llamarte es mi tormento
no porque no quiera sino porque no puedo,
hablarte es imposible.

¿Tan diferentes somos?
a la luz de una enamorada no hay tal cosa,
aunque murmuran que tienes alma de capibara,
a tu lado soy muda
tengo disputas internas que siempre pierdo,
no poder hablarte me hace diminuta.

El canto del cenzontle es alegre
aunque tuvo una historia trágica,
la perseverancia es un don
y creo que está menguando,
intento revivirla con ilusiones y magia,
será mejor continuar al amanecer.