Memorias en el lugar de los robles - 🏺
Yo hube de abandonar el presidio que suponía la metrópolis. Padecía el ahogo de su aislamiento y me consternó la conducta de una sociedad entregada a la disipación y al agravio hacia quienes tildaban de infieles.
Sin demorar en el empeño, tomé camino a la región de mi infancia, también lugar del ocaso de mi madre.
Advine ante un caserío nada oportuno para la convivencia. Atestigüé los estragos de una plaga insidiosa que habría segado la sanidad de la comuna. Los ancianos, devotos de una fe agraria, referían el arbitrio de entidades moradoras del bosque; en aquéllos rostros vi acentuarse el yerro y la admisión de culpas.
Ante la exhalación de la centella, señal de la llegada de lluvias, infirieron la venia para la procesión.
Definí el atadijo de tela...