Un fénix
Es esta inspiración sempiterna,
dolorosa y sinuosa cual círculo infernal;
es esta una inspiración ecuménica,
hacedora del verso y el mundo.
Indefinida será la refulgencia
de esta pesadumbrosa inspiración,
mientras aquel fantasma, al que he llamado musa,
no emerja del cuadro que refleja su rostro bello y borroso.
Al sentir el vaivén de las ondas indiferentes,
una oteada al borroso rostro basta
para darle bríos al impetuoso fénix;
el fénix de los poéticos vislumbramientos del mundo,
el fénix de la añoranza melancólica,
cósmica e incorpórea,
de las sensaciones vehementes, desgarradoras
preferibles a la oprobiosa indiferencia.
© Engel Volkov
dolorosa y sinuosa cual círculo infernal;
es esta una inspiración ecuménica,
hacedora del verso y el mundo.
Indefinida será la refulgencia
de esta pesadumbrosa inspiración,
mientras aquel fantasma, al que he llamado musa,
no emerja del cuadro que refleja su rostro bello y borroso.
Al sentir el vaivén de las ondas indiferentes,
una oteada al borroso rostro basta
para darle bríos al impetuoso fénix;
el fénix de los poéticos vislumbramientos del mundo,
el fénix de la añoranza melancólica,
cósmica e incorpórea,
de las sensaciones vehementes, desgarradoras
preferibles a la oprobiosa indiferencia.
© Engel Volkov