Ella es música
cuando escucho los sonidos
que pronuncian sus labios
al decir "te amo".

La energía que trasmiten esas cinco letras
recorre todo mi cuerpo
como un enjambre de hormigas,
activando cada sentir de mis poros
y erizando mi piel
en un sin fin de cosquillas.

Al pronunciar esas dos palabras
actúan como un grito de batalla,
que me motiva a pelear por ella
aún si termino en las puertas del Valhalla.

Su música me inspira a amarle
demostrándolo con hechos diversos,
bien sea con una caricia,
un presente, una mirada
o simplemente un tierno beso.

Los sonidos de ronroneo
que hace cuando le beso
me traslada a una zona de confort,
una zona íntima donde solo ella y yo
somos protagonistas de nuestra propia novela, nuestra propia película, nuestra propia canción.

Ella es música
cuando el sonido de sus latidos
armoniza con su respiración
en acordes perfectos
interpretados por su corazón.

Ella es música
cuando en el silencio percibo su amor,
con una mirada, una caricia,
un gesto de su cara emanando resplandor.

Ella es ese silencio generado por la ausencia
de los latidos de mi corazón cuando la veo,
que paraliza cada molécula de mi cuerpo,
bien sea con su retrato o cuando le recuerdo.

La música es el arte de combinar los sonidos
que sean agradables al oído,
Ella representa todo un conjunto de los mismos
que me estremece, me calma,
me conmueve, me apasiona
y me hace mejor individuo.


© Oscar Adrián Díaz