Anoche te soñé,
abroche en tu corazón
lo que añoré.
Lloré a la medianoche,
bajo la luna...
Llenando el bote con mis
brotes de lamentos,
asonantes sonaban,
naufragaban derrochando
el dolor que siento;
vistiendo el ardor que
recorría mi pecho.

En mi lecho...

Las mariposas volaban,
alababan aquel entierro.
Tierra húmeda que
se convierte en bruma
presionando un ocaso en mi cuerpo;
vierte las estrellas en mi
búsqueda vespertina
sobre un paraje de
emociones idílicas que
se desplazan como agua
en mi desierto que sufre de sequía,
líricas de sufrimiento,
asomando letras que gráfica,
surfeando olas magníficas que
pudren mis sentimientos.

El amor te desgarra,
es siniestro,
la destrucción es el reparo
que me depara a un comienzo,
epígrafe afilado;
cuchillo oxidado;
palpitar bolígrafos que
trazan mi párrafo,
ráfagas de tinta,
fragua que aviva el fuego,
recuerdos forjados,
textos preservados,
recados no contestados,
atados a la ilusión,
iones perdidos por un
desequilibrado amor,
mortales mordiendo polvo
de lo que se tuvo, pero se perdió.
Decidimos ser nuestra salvación,
no evadir lo que deseamos y
partir sin convicción,
se volvió una adicción a que
funcione la pasión.

Pecadores;
dos escritores,
editores del dolor;
directores de una escena
donde se derrumba
lo que se construyó,
flores se marchitan,
sangran...
Conquistando el corazón,
pintores de temores que no cesan,
murmurando por lo bajo
lo que nunca se superó.
Ellos no estaban destinados y
a pesar de eso se complementaron
en una misma canción,
desplegando sus alas
a un horizonte que jamás desapareció,
aunque padecían de errores,
ese amor perduró.

Fueron fuertes las turbulencias,
esas que te quitan felicidad,
te obsequian intensidad por qué
la magia del amor es esencial,
experiencias inolvidables,
ellos nunca se separaran y
bailaran entre sus ruinas
con honor y libertad.
¿Quién los comprende al final?
Eso no ha de importar...
Mientras estén es su universo infinito
ellos siempre brillaran,
halla piedras en el camino,
halla guerra en su tempestad,
halla enemigos acechando,
halla diferencias una vez más,
hallan la manera explosiva de destrozar.

Por qué ellos,
¡Sí, ellos!
Simbolizan el amor universal.

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