Las promesas a las luces de enero
Seguro que entre la locura de un corazón,
hay ilusiones enterradas por alguna razón,
aunque la noche siga oscura y no vea nada,
aunque me tiemblen las rodillas y las calles recorridas,
mil pesadillas prohibidas,
valen más que una sonrisa cohibida.
Vemos que crecimos con un peso del pasado,
como un sueño aplastado,
que ya se ha apagado enmascarando tantas cicatrices,
difuminando la promesa,
de que llegarían tiempos felices.
Callamos tantas promesas,
que nos parten en dos hasta quebrar la voz,
el realismo mágico nos tienta a decir adiós,
a no ser suficiente,
a que las palabras que no decimos,
un día se evaporen en el aire,
y quizá termine siendo una condena,
y todo se enfume en una dolorosa verbena.
Una noche de luces en enero,
un padre encerrado en el frío de la soledad,
una niña abrazada a la esperanza,
de que algún día volverá a su danza,
y se enfrente a convertir en un desliz,
el invierno en un caluroso verano,
para llevar a su padre de la mano,
y que sus esfuerzos no sean en vano. ...
hay ilusiones enterradas por alguna razón,
aunque la noche siga oscura y no vea nada,
aunque me tiemblen las rodillas y las calles recorridas,
mil pesadillas prohibidas,
valen más que una sonrisa cohibida.
Vemos que crecimos con un peso del pasado,
como un sueño aplastado,
que ya se ha apagado enmascarando tantas cicatrices,
difuminando la promesa,
de que llegarían tiempos felices.
Callamos tantas promesas,
que nos parten en dos hasta quebrar la voz,
el realismo mágico nos tienta a decir adiós,
a no ser suficiente,
a que las palabras que no decimos,
un día se evaporen en el aire,
y quizá termine siendo una condena,
y todo se enfume en una dolorosa verbena.
Una noche de luces en enero,
un padre encerrado en el frío de la soledad,
una niña abrazada a la esperanza,
de que algún día volverá a su danza,
y se enfrente a convertir en un desliz,
el invierno en un caluroso verano,
para llevar a su padre de la mano,
y que sus esfuerzos no sean en vano. ...