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Las promesas a las luces de enero
Seguro que entre la locura de un corazón,
hay ilusiones enterradas por alguna razón,
aunque la noche siga oscura y no vea nada,
aunque me tiemblen las rodillas y las calles recorridas,
mil pesadillas prohibidas,
valen más que una sonrisa cohibida.
Vemos que crecimos con un peso del pasado,
como un sueño aplastado,
que ya se ha apagado enmascarando tantas cicatrices,
difuminando la promesa,
de que llegarían tiempos felices.
Callamos tantas promesas,
que nos parten en dos hasta quebrar la voz,
el realismo mágico nos tienta a decir adiós,
a no ser suficiente,
a que las palabras que no decimos,
un día se evaporen en el aire,
y quizá termine siendo una condena,
y todo se enfume en una dolorosa verbena.
Una noche de luces en enero,
un padre encerrado en el frío de la soledad,
una niña abrazada a la esperanza,
de que algún día volverá a su danza,
y se enfrente a convertir en un desliz,
el invierno en un caluroso verano,
para llevar a su padre de la mano,
y que sus esfuerzos no sean en vano.
Pero esta noche quiere gritar,
todas las verdades de sus amigos ve volar,
eres tan desagradable, no me agradas,
vete de nuestro lado,
eres horrible,
nadie te quiere aquí,
ahora entiendo porqué tu madre se fue.
Y piensa que ser ella solo significa,
sentirse asustada de todo,
porque en noches como esta está cansada,
está consumida por su propia vida,
se está consumiendo por dentro,
pero su padre la necesita,
y ella tiene que estar para todos,
aunque nadie para ella,
y aún así ha estado confundida,
y sabe que lo único que quiere es encontrar la valentía,
pero la adolescencia es tan complicada,
que solo quiere ser abrazada.
En esta noche, ve las luces destellar,
y se vuelve a preguntar,
¿por qué las estrellas dejan de brillar?
¿por qué caen en un oscuro lugar?
quiere saber qué pensarán,
si su hora de dejar de brillar las hará llorar.
Entonces ve a una en especial,
la única que no brilla,
la que está sola en un una constelación,
es cuando piensa en aquella frase,
"las estrellas brillan con el fin,
de que cada uno encuentre a la suya"
¿pero y si mi estrella nunca va a brillar?
Tiene miedo de que nunca la pueda encontrar.
Quiere regresar a casa,
pero su padre quiere lanzar un farolillo,
aquel que imponga un nuevo comienzo,
para así pintar un nuevo lienzo,
en el que los recuerdos,
se conviertan en partículas de polvo,
y dejar a un lado los malos,
para hacer hueco a los buenos.
Y es que a veces solo necesitamos eso,
sujetar la mano de nuesto padre,
cuando no esté la de nuestra madre.