...

10 views

Oda al olvido.
Y aunque en cúmulos suaves
hoy recuerde suaves besos,
que en veraniegas dunas
hacían estallar las tibiezas,
nada de esto es importante,
nada sucede, aunque suceda,
cuando prevalece el sentido.

Olvida esa canción
que sonaba ayer entre las hojas;
su eco es un ruido blanco.
Echa el cerrojo
a esa puerta solariega;
la sombra domina el paisaje.

Todavía llevas la marca
del muérdago sobre tu frente,
del festivo carnaval
que en tu piel derramaba aromas.
¿Aún llevarás esa inmensidad,
que endulzaba toda tu carne?
Tan noble cómo un borrego,
tu verdad siempre se oculta.

Baja al meridiano de la noche
si quieres observar mi boca,
mientras declamo entre las sombras
que primero estuvo la palabra.
Puedes oírme diciendo,
pues mi voz imita al sabio.
Y semejante a Hefesto,
construye argentinas jaulas.

Quizá te intriga –oh, amigo–
el umbral que habito callado,
y silente sufre tu aliento
temiendo por mi cordura.
¿Puedes leerme los labios?
¡Si me emborracho de olvido,
es de pura indiferencia!

***

© All Rights Reserved