Somos ese lienzo del tiempo, trazamos versos,
donde el alba y el crepúsculo se entrelazan.
La vida, un río de luces y sombras,
navegamos sus aguas con asombro.

En los ojos de un niño, el mundo se despliega,
como un jardín de sueños y mariposas.
Las risas, las lágrimas, los abrazos,
tejen el tapiz de nuestra existencia.

Brotan flores en los campos de la memoria,
cada pétalo guarda un instante preciado.
Los errores, también, son hilos tejidos,
que entretejen la trama de nuestro ser.

La vida es un lienzo en blanco, esperando
que pintemos con colores de pasión.
Las cicatrices son notas en un pentagrama,
melodías que danzan en el viento.

Bajo el sol radiante o la lluvia serena,
caminamos por senderos de incertidumbre.
Las estrellas, faros en la noche oscura,
nos guían hacia la aurora de nuevos días.

Siempre sera ese abrazo sincero, y la mirada profunda,
donde encontremos esos tesoros que no se miden en monedas.
La vida, un poema inédito que escribimos juntos,
con versos de amor, esperanza y valentía.