Muerte al poeta V: En un incierto lugar donde se nombra el paisaje
La locura invade mi semblante
y de mi cegadora ira amanece
un instante nuevo un instante
que a la memoria desvanece.
El fulgor se hace solo paisaje
y de un soplo los vientos míos
el aroma salado de un levante
se esparce en los lodazales sidos.
Las margaritas se vuelven dueñas
de un verde pasto de un yermo limo
y un reflejo de la celestial huella
son cada seda de su vestido.
cada sol
Igenuos silvan los gorriones sus silvidos
enrollando la aciaga letanía en su bostezo;
son sus alas pardos borrones, el bosquejo,
de un alado corazón, un latido vespertino.
Sin pasar el atardecer deviene
y la...
y de mi cegadora ira amanece
un instante nuevo un instante
que a la memoria desvanece.
El fulgor se hace solo paisaje
y de un soplo los vientos míos
el aroma salado de un levante
se esparce en los lodazales sidos.
Las margaritas se vuelven dueñas
de un verde pasto de un yermo limo
y un reflejo de la celestial huella
son cada seda de su vestido.
cada sol
Igenuos silvan los gorriones sus silvidos
enrollando la aciaga letanía en su bostezo;
son sus alas pardos borrones, el bosquejo,
de un alado corazón, un latido vespertino.
Sin pasar el atardecer deviene
y la...