...

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Ayer
Ayer:

Ayer, morí entre tus brazos,
mientras la oscuridad debajo de tus pies arropaba el charcal de sangre que brotaba como polen de la margarita muerta de mi alma, en los jardines de mi limbo.

Ayer, la luna, asistió a mi velorio, ayer, mis ganas de vivir y mi cuerpo ocuparon un solo ataúd.

por Benyemal
© Bubble