No tengo ganas de volver
a los lugares donde el aire pesa,
donde la ansiedad florece en cada rincón,
donde mi alma fue ultrajada,
y las palabras eran cuchillos afilados
atravesando lo más profundo de mi ser.

No quiero regresar a esos espacios vacíos,
donde cada gesto era una burla,
donde fui objeto de deseo,
pero nunca de amor verdadero.
Donde la manipulación era la norma
y mi voz se ahogaba en el silencio.

No pienso volver
a esos lugares sin alma,
donde mis palabras se perdían,
donde el eco de mi dolor
no encontraba consuelo.
Prefiero el vacío,
la soledad,
a la tortura de volver
a esos parajes desalmados.
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