Que crujan mis alas;
tirar de la cuerda por
dudar quien querer ser;
errar las letras para que
se vuelva un crucigrama,
cruzar el infierno y
calcinarme en el.
He vuelto a recaer y
no he podido renacer pero
he de crear mi poema para
que navegues en el.
Vengarme aunque sea
entre prosas...
Unir con las gotas este charco
moribundo de lamentos;
esporas exahalo con deseo;
morir lentamente con
mi dolor en el pecho.

En este helecho he de vivir,
lucho para mantenerme despierta
con cada cicatriz,
un tren se descarrila,
suena la alarma del tiempo
para correr deprisa y dejar de sentir,
es la brisa de mis sueños
que impacta en mi rostro,
dueña de mis fracasos,
responsable de una felicidad que ha caducado,
dolores que ya he sentido y
he tildado para eliminarlos.
En este árbol deshojado que
jalan hojas de mis recuerdos,
despojado y ya podado,
esta dado ya por muerto,
las flores no brotan y
es tan triste vivir en este otoño eterno.

Un letargo de ilusiones;
la tardanza del calor;
olor de la descomposición
de mis composiciones y
las pociones que he bebido
para envenenar mi cuerpo inerte,
mi sensibilidad ha
de jugarme una mala pasada,
me engañan para arañar mi dulce alma,
la comprensión universal
que habita en mi corazón
lo han convertido en impostor
para no apostar en el amor.
El alba esta en la lejanía,
no puedo...