Maravillosos astros me rodean
Con su imponente majestuosidad,
Los delicados halos sondean
Ese gran cuerpo estelar.

En ocasiones me pregunto
¿Que tanta mierda deben vivir otros
Para contemplar solo por un segundo
Este paisaje que captura mis ojos?

Tantos años los que he sufrido,
Tanta pena la que se ha sentido,
Tantos sueños que no se han cumplido
Porque mis manos silenciaron sus destinos.

Cinco años viviendo de lo mismo,
Comiendo solo tubérculos con poco oxígeno
En un búnker al fondo de un abismo
De este inerte paraje ubicado en el olvido.

Nuestra misión era honrada y loable:
Investigar la vida nativa de este planeta inconmensurable,
Pero sus vísceras terminaron en todas partes
Al empuñar un cuchillo bajo un ataque de ira incontrolable.

Tortuosa suerte la mía, la de un asesino.
Eran buenas personas, mis grandes amigos.
¿Por qué destruí la vida de mis compañeros
Como única vía de escape a mis delirios?

Ahora me encuentro solo y vacío,
Vagando en este planeta sin rumbo fijo.
Menuda suerte la mía, me repito.
No soy yo el que debería estar vivo.


© Oscar Adrián Díaz