Ziggurat
Siempre, espíritu frágil, pondrás piedra sobre piedra, buscando las alturas, la atmósfera de lo divino. Pues, a donde va tu mirada, la siguen tus pies y tus manos, y ya en la cúspide, colocarás la última pieza, la gran estatua de tu egoísmo que coronará tu proeza. Mientras tanto, desde las ardientes llanuras, las almas raquíticas te observarán sin reconocerte, y desde allí oirán que les reclamas su lealtad y su adoración.
Tú, que miras a tus congéneres saltar como pulgas en el polvo, Tú, que no pretendes abandonar los glaciares vientos que juegan con tus cabellos, mientras deseas ir más alto, ya no...