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Katherine
Hay amistades que te marcan, y te duelen para siempre.
Existen esas personas, con las que coincides solo una vez en la vida... y por corto que parezca el trayecto, se instalan en lo más profundo de tu corazón.

Pero por lo general esas son las llamadas estrellas fugaces, brillan tan lindo pero por muy poco tiempo iluminan tu camino.

Esa amiga o quizás en algunos casos, ese amigo.
Con quien recuerdas lindos momentos de juventud y te causa nostalgia que todo solo se haya evaporado al crecer y separarnos.

Existen personas a las que nunca sacas de tu corazón, pero por desgracia, ya no forman parte de tu historia... pues su protagonismo concluyó cuando menos te lo esperabas, y no hubo peleas, ni discusiones que te avisaran que le perderías y que jamás le volverías a tener presente en tu vida.

Existen personas que te causan alegría con un solo recuerdo, pero todo se ve oscurecido por la nube gris de su partida, de esas que son las más dolorosas... esas partidas, que ni siquiera tienen una despedida.

Te das cuenta que para esa persona tan importante en tu vida, no fuiste igual de especial, y no tienen la culpa. A veces no puedes ser tan genial, ni tan singular como para sus vidas marcar.

Extraño a esa amiga, que era, y ha sido la única mejor amiga en toda mi vida. Una amistad llena de historias conspirativas, de charlas acerca de Dios, o de cómo restaurar el cabello a base de ungüentos o sobre casos de desaparición.

Extraño esas amistad, en la que podía ser yo. Y ella me llenaba de paz, su compañía era la más genuina que nunca jamás pude volver a encontrar.

Existen esas personas que un día, así como si nada, continúan con sus vidas, y créeme, el tiempo no avisa.
Si has encontrado a esa estrella fugaz, disfruta cada día y cada risa, pues no sabes cuando será ese trágico día en que simplemente desaparezcan de tu vida.

Siempre te echaré de menos querida amiga.


© Estefany Hernandez