Un baile incesante
Entre la locura y la tristeza
Ambos cortejan una dama
Cuya mente está lastimada

La tristeza habla
Esta desafía,
Le dice "ella será mía"
A la locura, quien temía.

La pobre dama llora en silencio,
Abatida en su pena
Por esta vil competencia
Entre estos señores

Se pregunta en su interior
"¿Quién será el ganador?"
"¿Quién tomará mi alma
Y hará de mí un infierno?"

El desierto eterno
Brotando de su pecho
Con un alma desgraciada
Por la muerte tomada.

Contempla con vergüenza
Como el tiempo y la vida
Se han llevado su alegría y simpatía
Esperando ser tomada
Por alguno de los hombres.

La tristeza con su prepotencia,
La locura con su ciencia
Viven en competencia.
Hubo un día de descuido,
La locura no luchó,
Y la tristeza astuta
A la muchacha tomó

Desde ese día la pobre no reía,
No sentía,
No existía.
La vida le parecía
Una agonía, un lamento,
Un tormento.

Bajo crueles esperanzas
Su corazón fue dañado,
Por el ente desolado
Quien ahora reside a su lado.

Ya no hay más esperanza,
Se dejó consumir
Por el ser que ganó la batalla.

Por extraño que suene,
Que parezca o que se vea,
Ella reside entre nosotros,
Con su lucha interna al lado
De aquel que con poesías
Hace que su mente se pierda

Triste y demacrada,
Sin ninguna sutileza,
Puedo argumentarles
Que esa muchacha...
Soy yo.
© beth