...

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Versos rotos en honor a Neruda
Esta noche, puedo escribir los versos más tristes,
versos que hablen de un destino cruel,
que juega con los hilos de nuestras vidas,
enredándonos en una telaraña de dolor y deseo.
Yo, intentando olvidarte,
y el destino, implacable,
nos vuelve a juntar,
como si no supiera
que el amor también tiene un límite.

Escribiré, entonces, una carta de amor
a la musa de mis desvelos,
aquella que se desliza en mis sueños,
la que ríe entre sombras y susurros,
la que habita en el rincón más oculto
de mi corazón herido.

¿Será que el destino,
en su tiranía infinita,
se complace en vernos sufrir?
¿O quizás es nuestro anhelo
lo que nos arrastra, una y otra vez,
a cruzar miradas y despertar deseos
que creíamos dormidos?

Esta noche, puedo escribir los versos más tristes,
y recordar cómo tu risa,
esa risa que ilumina el aula,
es el consuelo que me queda
en medio de la tormenta.

Mi musa, hermosa y lejana,
te escribo estos versos
con la esperanza de que,
aunque estemos separados,
mis palabras te encuentren
como el viento encuentra las hojas en otoño,
llevándote un susurro de amor
y un recuerdo de lo que fuimos.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche,
y aunque estoy lejos,
mis poemas aún te pertenecen.
Recuerda, entonces,
cuando leas estas líneas,
que fueron escritas para ti,
en la quietud de una noche sin estrellas,
donde el amor aún late,
a pesar de la crueldad del destino
que no ha logrado borrar
lo que un día fue nuestro.
© @poemasagridulces