...

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Perfecto vaticinio
Llegó hoy la hora de romper mis cadenas
la recta final está aquí, aquí
y la estrella divina por el cielo pasa,
¡dando epifanía de mi victoria!

Terminó la tormenta, el cañonazo del enemigo
y el sable del adversario ya tuvieron su cuando
¡Ya llegó mi hora!

Abominaré todo lo que me destruia
y amaré todo lo que mi corazón diga
sin treguas
¡Porque esta es mi hora!

Esta es mi hora,
y no hay obstáculo que se oponga a mi fuerza
ni muralla que no rompa
ni enemigo que no venza
porque yo soy así; invencible
¡Llegó mi hora!

Y miro impertérrito al rostro del destino:
¡Derrúmbate! ¡Torre de abalasto, por fin!
¡Que tus escombros construyan las
escaleras hacia mi eterna gloria!
¡Porque esta es mi hora!

!No tengo enemigos¡
¡Soy libre, libre libre!
¡Como ave espiritual!
¡En esta mi hora, mi hora espiritual!
¡Y honor doy a mi esfuerzo: piadoso ahínco!
¡y de mi alma - enamorada - y su encrucijada,
decreto la gloria!
¡Yo soy el arquitecto de mis laureles!
¡Llegó mi hora!

Soy el estandarte triunfal,
el héroe de la épica, la musa de los artistas
!y míos son el amor, la sabiduría y el poder!
¡Porque esta es mi hora!

¡La muerte no existe!
¡Ni la peste ni el hambre ni la guerra!
¡Solo es mi victoria!
¡Mi victoria!
¡Mi victoria!
¡Mi victoria!
¡Te invoco ahora ante mi, Dios dentro de mi!
¡Llegó tu tiempo!
¡Sal de ahí, magnífico poder, ahora!

© Amador Gracián