Insomnio
Se espesa el tiempo que se escurre como una gota lenta de alquitrán, la reverberación de la ciudad disminuye y el amanecer se hace más lejano. A la distancia se escuchan disparos y gritos, luego sirenas: a alguno mandaron a contar galaxias al infinito, pienso, un afortunado más que no despertará. Mientras tanto, dejo pasar las horas, y en el aire de la noche vibra el llanto de un niño, que seguramente, envuelto en mierda y orines, grita su infortunio mientras su mamá borracha babea la almohada. Te compadezco amigo, a tí que entre tantas madres, te tocó en suerte una mala…
Sigo entreteniendome con toda clase de pensamientos mientras la noche desemboca en un día que no traerá nada nuevo.
© Mauricio Arias correa