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Rojo: Hundámonos.
🍷

Detrás de velas de agradable aroma
e intenciones que cual luz nocturna en tu ventana hoy se te asoman,
oigo sonidos de personas
¿no es mejor si son los nuestros?

Enrevesado corazón,
valentía de repentina comezón
saliente de tu roja, tan roja cicatriz
que se esconde entre tu cuello y tu muy fino mentón.

Sombra... Sombra entrante,
compañera mía pero tan desconocida
que con el ámbar de sus pupilas quise hacerme de sangría,
de esa tan, pero tan bella bebida.

“Hermosa”,
así es como tú me decías,
siento nunca jamás creerte
ni hasta que llegue el fin de mis días.

“Cariño”,
quisiese que salga hoy de mi boca,
pero prefiero llenarla de besos
o de toques, que no me tocan.

Tenue velada,
las más románticas baladas.
Comienzo a cantar,
pero tú no me oyes, ni tampoco lo harás.

“Oh, estoy enamorada”
dice el viento y no entiendo por qué
si estoy tan bien con tu cálido abrazo
y no me urge pasar a más.

“Dame la nada,
devuélveme la libertad”
me suplica el tinte en los labios
que aún sabes cómo aprisionar.

Sigues el rastro de mis huellas
pero no entiendes mis direcciones.
¿Es carente de emociones
seguir con mis indecisiones?

Valse de L'Amour,
ven aquí y hundámonos
con deslices sin matices,
con tus blancos y tus grises.

Cognac dulce,
ah, ese es tu sabor,
e intrigante es esa voz
que proviene del balcón.

Qué cáliz inolvidable,
qué invaluable fue esa tarde,
mientras el sol se derretía
oh, tú y yo, tan inefables.

Aunque no quiero apresurarme,
ser veloz y abalanzarme
a emociones que se encienden
y que no deben de apagarse.

Por eso lo siento tanto
si es que hoy manché tu ropa,
si derramé algo de vino
en tus mangas o en tus botas.

He fallado en tantas partes,
de mis manos se deslizó la copa,
y así fue como estropeé tu arte
y el contraste que en ti se acopla.

Pero uno de los dos lo hace
cada vez que nos juntamos,
alguien va y se equivoca;
tal vez de eso se trata amarse.

De sangría en las encías,
de vino derramado,
de velas con blancas líneas
y de lugares equivocados.

Y es que de eso somos parte,
de cariños y disparates,
de intentos y de desastres,
y de ese rojo, rojo granate.

Rojo, como el amor.
Rojo, cual gran pasión.
Rojo, tu corazón.
Rojo; hundámonos.

Rojo, de bella flor.
Rojo, es tu color.
Rojo, en tu balcón.
Rojo; hundámonos.

© Ludmila Juno