eran tus labios ese elixir que me llenaba de vitalidad.
esas caderas que me enloquecian.
esos ojos llenos de expresividad.
esa sonrisa que me aceleraba el pulso.
Las ojeras bajo tus ojos diciéndome que eras real.
tu cabello desalineado por la fría brisa de la ciudad.
Esa momentánea torpeza que adoraba.
Todo tu ser era vida, era luz y oscuridad reprimida.
y aún así no logro comprender qué eras tú.
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