Soledad
En la inmensidad de un abrazo cálido, me encuentro de rodillas, rendido ante la ternura de tus caricias que, como bálsamo, sanan las heridas de mi alma. Tu silencio resuena con la fuerza de mil palabras, impulsándome a perseverar en el camino de la vida. Te necesito aquí, junto a mí, porque eres la luz en la oscuridad, la única capaz de rescatarme de las sombras que me acechan.
Sin embargo, la distancia es un abismo insalvable que nos separa, un vacío que se extiende entre nuestros mundos. En lo más profundo de mi corazón, siento cómo se desploma y se desintegra bajo el peso de la soledad, una y otra vez. Mi corazón clama por salvación en este desierto de aislamiento. ¿Podrás llegar a tiempo para salvarme?
Si te ofrezco mi corazón, ¿te adentrarías en su laberinto? ¿Perdonarías los pecados que manchan mi ser? Tu silencio sigue siendo el faro que me guía, mil palabras no pronunciadas que me motivan a seguir adelante. Te necesito aquí, porque solo tú tienes el poder de salvarme de este abismo que nos divide.
Una vez más, mi corazón se desmorona, fragmentado por la soledad que lo envuelve. Siento cómo se deshace, cómo se pierde en el eco de la soledad. Imploro por tu salvación, por tu presencia que todo lo transforma. ¿Podrás salvarme ahora, antes de que sea demasiado tarde?
La distancia, ese enemigo implacable, parece destinada a mantenernos eternamente separados. Pero en mi corazón, en este corazón que late con fervor, te necesita ahora más que nunca. ¡Ven y sálvame, antes de que la soledad consuma la última chispa de esperanza que me queda!
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Sin embargo, la distancia es un abismo insalvable que nos separa, un vacío que se extiende entre nuestros mundos. En lo más profundo de mi corazón, siento cómo se desploma y se desintegra bajo el peso de la soledad, una y otra vez. Mi corazón clama por salvación en este desierto de aislamiento. ¿Podrás llegar a tiempo para salvarme?
Si te ofrezco mi corazón, ¿te adentrarías en su laberinto? ¿Perdonarías los pecados que manchan mi ser? Tu silencio sigue siendo el faro que me guía, mil palabras no pronunciadas que me motivan a seguir adelante. Te necesito aquí, porque solo tú tienes el poder de salvarme de este abismo que nos divide.
Una vez más, mi corazón se desmorona, fragmentado por la soledad que lo envuelve. Siento cómo se deshace, cómo se pierde en el eco de la soledad. Imploro por tu salvación, por tu presencia que todo lo transforma. ¿Podrás salvarme ahora, antes de que sea demasiado tarde?
La distancia, ese enemigo implacable, parece destinada a mantenernos eternamente separados. Pero en mi corazón, en este corazón que late con fervor, te necesita ahora más que nunca. ¡Ven y sálvame, antes de que la soledad consuma la última chispa de esperanza que me queda!
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