Acéptalo
Si te rechazan, acéptalo con la gracia de las hojas que caen en otoño, sin resentimiento hacia el árbol que las soltó. Si no te quieren, déjalo ir como el río suelta al mar las aguas que ya no puede contener. Si eligen a alguien o algo sobre ti, sigue adelante, con la certeza de que cada paso te lleva hacia tu propio destino.
No todos los que amas se quedarán, así como no todas las estrellas permanecen en la noche antes de que el alba las borre con su luz. No a todos a los que confíes serán leales, pero eso no debe oscurecer la fe que tienes en ti mismo. He perdido a gente que significaba el mundo para mí, y aún así, el mundo sigue girando, y yo con él.
No sigas a la mayoría, sigue a lo correcto, aunque a veces camines solo bajo un cielo inmenso y silencioso. Dale tiempo a la gente, dale tiempo al mundo, dale tiempo a la vida. No ruegues a nadie, no encadenes sus alas; déjalos vagar, porque en la libertad está la verdad del amor.
Lo que es para ti, siempre será tuyo, como el sol que, sin importar cuántas nubes lo cubran, siempre encuentra una manera de brillar. Así que cuando la noche caiga, recuerda que después de la oscuridad, siempre, siempre viene la luz.
©Ronald Iriarte
No todos los que amas se quedarán, así como no todas las estrellas permanecen en la noche antes de que el alba las borre con su luz. No a todos a los que confíes serán leales, pero eso no debe oscurecer la fe que tienes en ti mismo. He perdido a gente que significaba el mundo para mí, y aún así, el mundo sigue girando, y yo con él.
No sigas a la mayoría, sigue a lo correcto, aunque a veces camines solo bajo un cielo inmenso y silencioso. Dale tiempo a la gente, dale tiempo al mundo, dale tiempo a la vida. No ruegues a nadie, no encadenes sus alas; déjalos vagar, porque en la libertad está la verdad del amor.
Lo que es para ti, siempre será tuyo, como el sol que, sin importar cuántas nubes lo cubran, siempre encuentra una manera de brillar. Así que cuando la noche caiga, recuerda que después de la oscuridad, siempre, siempre viene la luz.
©Ronald Iriarte