Cicatrices de un amor que se quebró
Y si otra vez escribo para ti,
aunque el lector ya esté harto
de estos versos que sangran tu nombre,
es que no sé pensar en nadie más,
no sé olvidar, solo sé seguirte amando.
Cada línea que escribo es una bala,
pero no en tu dirección,
no, estas balas son para mí,
que me quedé aquí,
como un idiota creyendo en promesas vacías,
cayendo en la trampa de un amor que solo existía en mi mente.
Hoy una vieja amiga me soltó una bomba,
me dijo que tal vez me fuiste infiel,
y yo, ciego por el amor que te tenía,
ni siquiera supe dudarlo,
ni siquiera quise preguntarme
si todos esos besos y caricias
eran solo parte de tu juego macabro.
Es irónico, ¿no?
Fuiste tú quien prendió el fuego,
quien avivó las llamas,
y después, sin más,
dejaste que se extinguiera,
dejaste que todo se consumiera en cenizas
mientras yo me quedaba solo
en medio de las ruinas.
No hay nadie más en mi mente,
solo tú, mi bella, mi ebria hasta el...
aunque el lector ya esté harto
de estos versos que sangran tu nombre,
es que no sé pensar en nadie más,
no sé olvidar, solo sé seguirte amando.
Cada línea que escribo es una bala,
pero no en tu dirección,
no, estas balas son para mí,
que me quedé aquí,
como un idiota creyendo en promesas vacías,
cayendo en la trampa de un amor que solo existía en mi mente.
Hoy una vieja amiga me soltó una bomba,
me dijo que tal vez me fuiste infiel,
y yo, ciego por el amor que te tenía,
ni siquiera supe dudarlo,
ni siquiera quise preguntarme
si todos esos besos y caricias
eran solo parte de tu juego macabro.
Es irónico, ¿no?
Fuiste tú quien prendió el fuego,
quien avivó las llamas,
y después, sin más,
dejaste que se extinguiera,
dejaste que todo se consumiera en cenizas
mientras yo me quedaba solo
en medio de las ruinas.
No hay nadie más en mi mente,
solo tú, mi bella, mi ebria hasta el...