En blanco
Hoja de Papel:
En este rincón del campo, en blanco y brillante,
aguardo mis versos, un sueño constante.
Cada trazo que anhelo, una historia por contar,
un mundo de posibilidades, listo para brotar.
Hoja Seca:
¿Y qué de mí, oh papel, que el tiempo ha marchitado?
Olvidada en el suelo, mi destino ha cambiado.
Aunque parezca que he perdido mi voz,
llevo en mi crujir un eco de adiós.
Barco Destruido:
Escuchen, amigas, en mi triste naufragio,
mi casco agrietado guarda aún un mensaje.
He sido destrozado por tempestades fieras,
pero aun en mis restos, mi espíritu espera.
Hoja de Papel:
¿Cómo puedes hablar así, querido barco?
Tus maderas son huellas de un viaje tan largo.
Si aún sigues a flote, en mares de pena,
es un testimonio de que la vida no frena.
Hoja Seca:
Tienes razón, viejo amigo, el final no es el fin.
En cada caída, hay un motivo de existir.
Aunque parezca que no puedo brillar,
hay vida en mis fibras, lista para renacer.
Barco Destruido:
Así es, hojas queridas, no hay razón para rendirse.
Cada cicatriz cuenta lo que hemos de aprender.
Aun en la tormenta, seguimos navegando,
pues lo que importa es el viaje, no el anclado.
Hoja de Papel:
Así que seguiré escribiendo, con fe y sin miedo,
pues en cada verso hay un nuevo credo.
La vida es un lienzo que nunca se acaba,
un canto eterno que al alma se agrava.
Hoja Seca:
Y yo, aunque marchita, llevaré mi lección,
pues cada hoja tiene su propia canción.
En el ciclo del tiempo, hay lugar para amar,
y juntos, en este viaje, podemos soñar.
Barco Destruido:
Así, en esta charla bajo el cielo estrellado,
recordamos que en la lucha hay un sentido sagrado.
Papel, hoja y barco, en un lazo sincero,
navegamos en vida, con amor verdadero.
Conclusión:
Y así termina nuestra conversación,
en el susurro del viento, hay una revelación.
Aunque la vida traiga tormentas y pesar,
siempre hay un nuevo verso que nos puede guiar.
Reflexión:
Cada caída es un paso hacia la claridad,
cada herida es un canto a la eternidad.
En el lienzo del tiempo, nuestras historias se entrelazan,
pues el espíritu persiste, y nuestras voces abrazan.
No importa lo que enfrentes, no dejes de soñar,
pues en cada nuevo intento, hay un mundo por hallar.
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