Una penumbra
Diálogo:
Árbol Muerto:
Escuchad, compañeras, en mi triste agonía,
mis ramas desgastadas guardan melancolía.
He enfrentado tempestades, perdí mi camino,
y en mis troncos marchitos, ya no queda el camino.
Carta No Leída:
¿Y qué de mí, oh árbol y linterna, que el tiempo ha apagado?
En el suelo me encuentro, mi brillo ha olvidado.
Aunque mi voz se haya ido, en mis hojas hay pesar,
un susurro callado que se niega a marchar.
Linterna Sin Baterías:
En este rincón sombrío, carta y árbol, yo estoy en un silencio profundo,
aguardo mis palabras, perdidas en el mundo.
A nadie le importa mi rumbo en esta existencia.
Cada línea que anhelo, una historia sin alegría, ni esencia, soy
un océano de sueños que la sombra redujo día a día.
Carta No Leída:
Tienes razón, querido árbol, y linterna, el final es sombrío.
En cada tropiezo hay un eco de nuestro vacío.
Aunque parezca que no puedo resplandecer,
la tristeza me abraza, estoy lista para caer y perder...
Árbol Muerto:
Así es, amigas queridas, no hay lucha por ganar,
cada caminar muestra lo que hemos de esperar...
Aun en la tormenta, nos perdemos en soledad,
pues lo que importaba antes ya no importa.
Linterna Sin Baterías:
¿Seguiremos esperando, con temor y desdén,
en cada estrofa solo habrá un lamento también?
¿La vida es un lienzo que se borra en el viento,
un canto olvidado, perdido en el lamento?
Carta No Leída:
¿Aunque olvidadas estemos, guardaremos desilusión?
¿Cada hoja desgastada será un eco en el corazón?
¿En el ciclo del tiempo, el amor se desvanecerá,
y juntas en la tristeza, la esperanza perecerá?
Árbol Muerto:
Así, parece que en esta charla bajo cielos alejados,
recordamos que en la lucha hay sueños no logrados...
Linterna, carta y árbol, en un lazo quebrado,
navegamos en soledad, con el alma de un lado.
Así termina esta historia en el viento frío,
en un susurro mudo, hay una pena de brío.
Pero en cada tormenta, hay un rayo de sol,
cada sombra que acecha, no apaga el farol.
Cada caída es un eco de soledad,
cada herida un suspiro en la eternidad.
Pero aunque el camino sea oscuro y incierto,
la luz puede renacer, siempre hay un despertar.
No importa lo que enfrentes, sigue adelante,
en cada nuevo intento, hay un nuevo instante.
© All Rights Reserved
Árbol Muerto:
Escuchad, compañeras, en mi triste agonía,
mis ramas desgastadas guardan melancolía.
He enfrentado tempestades, perdí mi camino,
y en mis troncos marchitos, ya no queda el camino.
Carta No Leída:
¿Y qué de mí, oh árbol y linterna, que el tiempo ha apagado?
En el suelo me encuentro, mi brillo ha olvidado.
Aunque mi voz se haya ido, en mis hojas hay pesar,
un susurro callado que se niega a marchar.
Linterna Sin Baterías:
En este rincón sombrío, carta y árbol, yo estoy en un silencio profundo,
aguardo mis palabras, perdidas en el mundo.
A nadie le importa mi rumbo en esta existencia.
Cada línea que anhelo, una historia sin alegría, ni esencia, soy
un océano de sueños que la sombra redujo día a día.
Carta No Leída:
Tienes razón, querido árbol, y linterna, el final es sombrío.
En cada tropiezo hay un eco de nuestro vacío.
Aunque parezca que no puedo resplandecer,
la tristeza me abraza, estoy lista para caer y perder...
Árbol Muerto:
Así es, amigas queridas, no hay lucha por ganar,
cada caminar muestra lo que hemos de esperar...
Aun en la tormenta, nos perdemos en soledad,
pues lo que importaba antes ya no importa.
Linterna Sin Baterías:
¿Seguiremos esperando, con temor y desdén,
en cada estrofa solo habrá un lamento también?
¿La vida es un lienzo que se borra en el viento,
un canto olvidado, perdido en el lamento?
Carta No Leída:
¿Aunque olvidadas estemos, guardaremos desilusión?
¿Cada hoja desgastada será un eco en el corazón?
¿En el ciclo del tiempo, el amor se desvanecerá,
y juntas en la tristeza, la esperanza perecerá?
Árbol Muerto:
Así, parece que en esta charla bajo cielos alejados,
recordamos que en la lucha hay sueños no logrados...
Linterna, carta y árbol, en un lazo quebrado,
navegamos en soledad, con el alma de un lado.
Así termina esta historia en el viento frío,
en un susurro mudo, hay una pena de brío.
Pero en cada tormenta, hay un rayo de sol,
cada sombra que acecha, no apaga el farol.
Cada caída es un eco de soledad,
cada herida un suspiro en la eternidad.
Pero aunque el camino sea oscuro y incierto,
la luz puede renacer, siempre hay un despertar.
No importa lo que enfrentes, sigue adelante,
en cada nuevo intento, hay un nuevo instante.
© All Rights Reserved