...

5 views

La muerte y yo.
En aquel accidente, la muerte era inminente.
Mi latido constante se tornaba ausente.
Mi cuerpo salía despedido ese día, por el roto cristal de la ventanilla.
Mi hermano yacente, en el pasto adyacente.
Gemía en sollosos por la cercana muerte.
Al abrir yo mis ojos, pude percibir,
Una extraña figura dirigiéndose a mí.
Al verme tumbado y en mi sangre inundado,
Me tomó de la mano y me llevó de su lado, caminando a la orilla, del camino de arcilla.
Comenzó a dialogar conmigo al caminar:
Una oportunidad te he dado, para arreglar el pasado,
Para olvidar las rencillas y sanar las heridas.
A tu hermano has odiado y no lo has perdonado, tan solo por tus celos qué no han dado consuelo.
Te has refugiado en tu ego, y has olvidado el...