En la bruma de la duda...
Corazón esperanzado, en la bruma de la duda,
quiso abrazar a un ser, su presencia fue la más segura.
Recordó cada sonrisa, cada palabra compartida,
pero en el eco del silencio, se siente perdida.
Ella tocó su ser, encendió una ilusión,
mas se desvaneció al no entender su razón.
Con el alma expuesta, le confesó su querer,
pero al instante sintió que podría perder.
Quizás su enfermedad la llevó a cambiar,
o tal vez la distancia se volvió su hogar.
Pensamientos oscuros giran en su mente,
se pregunta si un abrazo resultó abrumante.
La mujer que brilló con bondad y sin prejuicio relevante,
ahora es un recuerdo envuelto en un viento danzante.
¿Acaso la asustó la fragilidad del querer,
o su luz se apagó, sin más que ofrecer?
El corazón esperanzado no puede dejar de anhelar,
pero ha optado por alejarse, por no presionar.
Aunque la posibilidad de llamarla aún permanece,
la incertidumbre ahoga y el dolor no se desvanece.
Ella no le escribe, no busca su voz,
y en cada latido siente el peso de su adiós.
Quizás sea mejor dejarla en su andar,
aunque el clamor que siente tarde en olvidar.
Así, en este verso, sus sentimientos libera,
sin esperar respuesta, sin afán de que vuelva.
Corazón esperanzado, acepta lo que es,
aunque el eco de su clamor siempre lo lleve a ser esa mujer que se fue sin responder...
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