El crujido de la nieve se hace oír,
Pasos vagabundos
Deambulando sin rumbo,
Yacen entre la negra sombra y nieve fría
Sobre la calle de Alejandría.

Un único farol ilumina el contorno
De la puesta en escena
En ese punto sin retorno,
El hombre se acerca a la puerta
Toma valentía,
Tratando de superar su cobardía.

Los golpes resonaban
Y ella como ligera brisa llegaba,
Apreciarla un instante
Fue lo que necesitaba,
Para sentir como su interior se iluminaba.

Palabras a borbotones
Surgieron de su boca nerviosa,
Sentimientos de amor
Dejó escapar sin esposas.

Pensar que cayó en locura,
Ese fue su temor,
Pero ella con un beso azul
Simplemente respondió.

Aquel toque de color
Su mundo interno pinto,
Y de aquella oscura noche,
El obtuvo un nuevo amor.
© Helado de frutilla