Las rosas que florecen solas, se pinchan con sus propias espinas. Los obstáculos son esas espinas cuando están creciendo.



A veces, desearimos ser mariposas y solo volar a cualquier parte del mundo. Para sentirnos dueñas de nuestro propio mundo siendo libres.



Y los golpes de las ráfagas de viento un día... pueden hacernos caer a un abismo desde muy arriba, hasta muy abajo en el fondo de un agujero negro.


Las alas se quiebran, sean causa o no de otros. La vida nos muestra sus mareas turbulentas y nosotros decidimos si aprender o no a nadar en ellas.




La Bella no salvo a la bestia, sino que le mostró lo que necesitaba para hallar la cura a la espina interna que lo lastimaba.



La sangre se seca, la herida cicatriza, y las lágrimas desaparecen.



Las rosas florecen en el caos, la belleza, la alegría, y la tristeza. En la luz y en la oscuridad. En cualquier oportunidad.